domingo, 25 de abril de 2010

¿MÚSICA PARA SORDOS?

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MÚSICA PARA SORDOS

Los sordos sienten las vibraciones en la misma región del cerebro que el resto de las personas usan para oír, lo que permite explicar por qué disfrutan de la música personas que no poseen capacidad auditiva. El cerebro de los sordos, según una investigación estadounidense, readapta su estructura para suplir la deficiencia que impone la sordera, ha señalado Dean Shibata, un profesor de radiología de la Universidad de Washington. Shibata, que ha realizado numerosas investigaciones con personas sordas, ha utilizado ahora imágenes de resonancia magnética funcional para comparar la actividad cerebral entre sordos y personas que pueden oír. El estudio mediante este tipo de escáner avanzado ha permitido comprobar que la clave radica en un área del cerebro denominada el córtex de audición. Según ha explicado Shibata, tanto los sordos como quienes no lo son muestran actividad en las zonas del cerebro que procesan las vibraciones. Pero los sordos muestran, además, una especial actividad en el córtex de la audición, aunque ese área sólo debería entrar en funcionamiento durante la estimulación auditiva. “Estos hallazgos ilustran cómo la alteración de experiencias puede afectar a la organización del cerebro”, ha dicho Dean Shibata. El radiólogo, que realizó sus investigaciones mientras trabajaba en la Escuela de Medicina de la Universidad de Rochester, en Nueva York, asegura que “el cerebro es increíblemente adaptable”. “En alguien que es sordo, el cerebro en formación se aprovecha de un espacio valioso para procesar las vibraciones y así usa el mismo lugar que debería ser utilizado, de otro modo, para procesar los sonidos”, ha explicado. Para comprobar sus ideas, el radiólogo realizó pruebas mediante imágenes de resonancia magnética funcional a 10 voluntarios sordos y a otras 11 personas con audición normal. Todos ellos fueron sometidos de modo voluntario a pruebas de escáner mientras sostenían en sus manos dispositivos que emitían vibraciones intermitentes. Entre los sordos, el escáner registró una importante actividad en el cerebro, en la zona conocida como córtex de la audición, un área que tiene el tamaño de una pelota de golf. Sin embargo, pese a que las vibraciones recibidas en la mano eran las mismas, las personas con audición normal no mostraron ninguna actividad en ese área. Para Dean Shibata, esto significa que el cerebro de los sordos ha aprovechado para procesar las vibraciones un área dejada libre por los estímulos auditivos, ya que no pueden ser utilizados. En su opinión, esto explica por qué los sordos pueden disfrutar en los conciertos de música y por qué algunos de ellos pueden llegar a ser grandes intérpretes.

MÚSICA PARA SORDOS EN LOS CUENTOS

Un libro infantil (que no es trivial, sino dirigido a niños) cuenta la historia de Lee, un pianista que pierde, de súbito, la audición. La orquesta de jazz donde él toca decide expulsarlo. Abatido, triste, desconsolado, conoce por casualidad a otros músicos con su mismo problema y se aventuran a tocar juntos... Las numerosas e infatigables noches de cuentos en boca de adultos y esa gimnasia para extraer valoraciones implícitas no fueron en vano. Aquí va la moraleja de esa historia: la música escapa al lenguaje, sí, pero además esquiva cualquier obstáculo; incluso la incapacidad de oír. El legendario músico norteamericano Pete Seeger es el autor de The Deaf Musicians, el libro que sirvió de entrada a esta nota y que presenta un asunto ciertamente antiguo, pero todavía sorprendente, cuyo principal ejemplo ha sido Beethoven, el músico sordo por excelencia. Como él, muchas otras personas con variados problemas auditivos superaron –gracias a una aguda percepción– el impedimento que se suponía absoluto para el ejercicio artístico. Pues claro, ¿cómo puede faltar, en un músico, el sentido que se presenta como el único indispensable? Si un sordo es alguien que no oye y la música es sonido, hay entre ambas categorías una exclusión lógica. Aquí siguen algunos casos –entre los muchos que pueden encontrarse–, por completo indiferentes a ese raciocinio. El compositor checo Bedřich Smetana (1824-1884), autor de obras clásicas como Mi Patria y La novia vendida, gran referente de Antonín Dvořak, perdió la audición a los 50 años, por causa de la sífilis. Aun así, continuó escribiendo música. De hecho, Mi Patria fue compuesta cuando ya estaba sordo, en 1879. Muy lejos de las tierras de Smetana, en Hawaii, el trío formado por el guitarrista Steve Longo, Bob Hiltermann, en batería, y Ed Chevy, en bajo, sobresale –entre otras cosas– por su nombre artístico: Beethoven's Nightmare. Los tres son sordos, hacen rock y lanzaron un primer CD titulado Turn it up louder. "La música de rock sordo consiste en un pulso fuerte de bajos y tambores, interactuando con un alto nivel de arte visual y trabajo de luces", dice el bajista. Es notorio que, además de buscar complementos visuales en sus espectáculos, los músicos sordos contemporáneos tienden a priorizar los instrumentos percutidos. Entre los dedicados a la percusión se encuentra Shawn Dale Barnett (1963-2003), del estado norteamericano de Kansas, que de pequeño recibía sus buenas golpizas cuando contaba a otros niños que podía tocar la batería. Como había nacido sordo, no le daban crédito. Pero Shawn tocaba, y poco después de graduarse en la Escuela para Sordos de Kansas, tuvo un hit en la cadena MTV. Su música sorda incluía un nuevo tipo de ritmo, destacando las vibraciones de los parches y presentando shows con atractivos agregados visuales (luces, humo, globos). El secreto de Barnett era que, simplemente, captaba el sonido sintiendo las vibraciones. En esta misma línea se inscribe el siguiente ejemplo. Repasemos el caso de la escocesa Evelyn Glennie, una mujer difícil de presentar. Compositora, solista, educadora, diseñadora de joyas... Es, por sobre todas las cosas, una música que eligió la percusión para expresarse. Con 22 títulos en su discografía y dos premios Grammy, Evelyn tocó con los músicos más importantes de ámbitos académicos y populares, desde Béla Fleck hasta el Mormon Tabernacle Choir, pasando por Bobby McFerrin. Evelyn era una niña cuando empezó a tocar el piano y luego siguió con un clarinete. Tenía 12 años y ya tocaba percusión. Y aunque ella desaprueba que los medios se enfoquen en esto, hay que decirlo: si bien no es totalmente sorda, tiene un deterioro muy avanzado de su escucha y apenas percibe sonido alguno. Sin embargo, aprendió a percibir y clasificar las vibraciones. "La sordera no quiere decir que no podés escuchar, sino que algo en tus oídos funciona mal. Incluso alguien totalmente sordo puede escuchar/sentir sonidos", escribe en su Ensayo sobre la audición. Para ella, su discapacidad resulta tan importante como el hecho de ser una mujer de ojos marrones. Puede leer los labios a la perfección y, al hablar, no experimenta ninguna dificultad. Por todo esto, Evelyn insiste: "Aun así, en realidad nadie entenderá cómo hago lo que hago. Por favor, disfruten de la música y olvídense del resto".

Os adjunto una canción solo de percusión.


5 Response to ¿MÚSICA PARA SORDOS?

22 de abril de 2012, 12:28

Muy interesante artículo. Soy fonoaudióloga y realice una entrada hablando al respecto. Saludos, Elizabeth.

6 de junio de 2016, 1:56

Mi sobrina de 9, sorda, desea and aprender guitarra y
, me recomiendas algún lugar o clases o tutorial pls?

6 de junio de 2016, 1:56

Mi sobrina de 9, sorda, desea and aprender guitarra y
, me recomiendas algún lugar o clases o tutorial pls?

21 de abril de 2017, 17:23

si mi hija igual quiere tocar guitarra pero no se cual me puede recomendar

15 de febrero de 2019, 15:04

Hola me gigustar que me dijeras si existe un maeamae o escuela donde enseñen a tocar la guitarra a niños con implantes cocleares.

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